viernes, 22 de julio de 2011

Javier Marías. "Todas las almas"

“Todas las almas” (1989) forma parte, como es sabido, del particular universo literario que lleva creando, desde hace unos cuantos años, Javier Marías. Este libro, pues, se encuentra entre la ficción novelesca, las (negadas) memorias autobiográficas y el articulo periodístico con personajes que nos acompañan en diferentes obras, entrando y saliendo de escena y cuyo imaginario ciclo vital no parece agotado hasta ahora; si bien, es posible, que con el último tomo de “Tu rostro mañana” (donde por cierto el narrador y personaje de “Todas las almas” vuelve a aparecer en esta trilogía), puede producirse algún “mutis” definitivo.

“Todas las almas” carece de una trama novelesca al modo usual. Un narrador-personaje es quien cuenta la historia de sus años pasados en Oxford como profesor de literatura y nos pone al corriente de sus relaciones con diversos sujetos más o menos imaginarios, especialmente sus encuentros con Clare Bayes, su amante con fecha de caducidad, de la que ambos están convencidos.

La circunstancia de carecer de trama y su estilo literario, con frecuentes monólogos internos y las digresiones y saltos en la cronología de la historia que narra, no agradan a todos los lectores, según algunas opiniones que he tenido ocasión de escuchar de boca de varios lectores. Pero creo que más bien se trata de gustos literarios, sin que ello vaya en menoscabo de la calidad de la obra en cuestión.

Evidentemente, la presencia del Narrador y Personaje a la vez, es imprescindible para enlazar acontecimientos y reflexiones que se derivan de ellos, bien en forma de incisos que determinados recuerdos, palabras, o ideas traen a colación o inspirados por citas de terceros.

El relato, como las piezas de un rompecabezas desordenado y revuelto al principio, va completándose, encajando a medida que accedemos a la información que, en pequeñas dosis, nos va suministrando el narrador según avanza la historia. No obstante, lo más señalado de “Todas las almas”, por la extrema coincidencia biográfica entre Javier Marías y el Narrador, es la difusa separación entre realidad y ficción, motivo que ha llevado al autor a escribir un epílogo, después de publicada la novela, que se ha incorporado en ediciones posteriores. “Algunos personajes del libro tienen 'algo' en común con personajes que yo conocí en Oxford, aunque ninguna de esas personas esté
'retratada' en “Todas las almas”, es decir, sea identificable.”

Finalmente, he de manifestar mi opinión de que los personajes femeninos están poco definidos en la historia, casi sin voz, apenas hablan y a veces se distinguen más por una frase que dijeron, por su aspecto físico o por sus gestos (taconeo femenino en la estación, la falda siempre subida de Clare Bayes cuando está con el Narrador sin nombre, etc.).

En fin, creo que es un libro notable como, a mi modesto entender, lo es la obra entera de Javier Marías, guste o no su peculiar estilo. Sus obras se han traducido a treinta y cuatro lenguas y están publicadas en cuarenta y cuatro países.

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